El lenguaje radiofónico se compone de cuatro elementos: la
palabra, el silencio, los efectos de sonido y la música. Empecemos con los tres
primeros.
La palabra
En la radio, las palabras son el ingrediente fundamental. Las
palabras se llevan la mayor parte del tiempo de emisión, salvo que nos
encontremos en una emisora musical, claro está. La radio tiene el efecto de proximidad emocional. Tiene
intimidad. Debemos aprovechar esa idea mediante la palabra. Lo que tiene que
ver con el color de la voz de cada uno es más difícil de modificar.
El silencio
En principio, no debería tener cabida en una emisora de
radio. Pero sí se puede utilizar el silencio en la radio. Por ejemplo, en
entrevistas a políticos, cuando se les hace una pregunta complicada y el político
se queda unos segundos en silencio, ese silencio tiene un valor informativo. No podemos eliminar ese silencio, tiene valor, y hay que
mostrarlo a las audiencias. En programas como “Hablar por hablar”, los
silencios son importantes, porque se le hace una pregunta a quien llama, y la
intención es que la persona se tome un tiempo para responder. O, cuando
responde, su respuesta ha de quedarse un tiempo en el aire. Pero el silencio no
debe de ser muy largo, tampoco, porque si se corta el sonido parece que la
emisión se ha interrumpido.
Los efectos de sonido
Señales horarias a horas puntas. Es el que escuchamos con más
frecuencia. Se da porque la gente suele sincronizar los relojes a la hora de la
radio, curiosamente. Encontré un vídeo muy curioso en el que, además de la señal horaria estándar, muestran señales horarias de varias radiofórmulas musicales, que son más originales.
Tomados de la realidad. Por ejemplo, los sonidos de
revueltas en países árabes, las retransmisiones deportivas, la
gente gritando en el campo... Un ejemplo reciente es el 15-O, como es el caso del manifiesto que cerró la manifestación del 15-0 en Valencia, en el que podemos escuchar tanto las consignas y gritos de los manifestantes como el manifiesto en sí. Lo que está claro es que no podemos utilizar trucos para
contar la realidad, porque eso sería manipular, falsear los datos. No podemos
engañar a la gente.
Generados artificialmente. Son muy importantes porque, no en
programas informativos, pero sí en otro tipo de programas, nos permiten crear
varios tipos de ambientes. También vienen bien para la publicidad (sonidos de
coches, aviones…). Es imprescindible tener un catálogo de efectos.
Defectos de sonido. Son aquellos ruidos indeseados
dentro de la emisión. Por ejemplo, se da si a alguien se le olvida apagar el
móvil, o cuando en la realización la persona encargada no separa los planos de
sonido: los titulares y el colchón están ambos en primer plano. Entonces la
música del colchón no está de fondo y estorba a los titulares.
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